MARY ANDERSON UNA MUJER QUE CAMBIÓ NUESTRA VIDA
Los intereses de Mary Anderson estaban bastante diversificados, y sus negocios estaban repartidos entre el mundo inmobiliario y temas tan dispares como los ranchos y la viticultura. Sin embargo, pocos atribuyen un invento tan esencial a una mujer a la que todo se le ocurrió durante un viaje. Mientras visitaba la ciudad de Nueva York durante el frío invierno de 1902, la joven decidió utilizar el transporte público. Durante el viaje, el tranvía tuvo que parar en varias ocasiones para poder despejar la nieve de las ventanillas y poder continuar su trayecto. Intrigada por este hecho, que hacía que todo el sistema de transporte se retrasara, decidió investigar más a fondo. Al regresar a casa, contrató a un diseñador que creó un dispositivo de accionamiento manual para mantener un parabrisas limpio, y una compañía de la zona comenzó a producirlo. El invento, el limpiaparabrisas, se patentó en 1903, y a partir de ese momento Mary se dedicó a hacerle mejoras. El invento de Mary se cruzó en el camino de Henry Ford, que lo incorporó a sus coches Ford T. El invento revolucionó el sector de la automoción, y fue posteriormente adoptado como equipo estándar en todos los coches.
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